sábado, 25 de septiembre de 2010

Explicación acerca de El vuelo de la mariposa

El vuelo de la mariposa
Una meditación que ayudará a proyectar tu conciencia hacia el encuentro con tus seres queridos fallecidos.

¿Por qué hemos llamado así a esta experiencia?
Las mariposas se han convertido en símbolos universales de vida eterna. En la Grecia antigua, el alma, Psyché, era representada como una niña amada por el dios Amor, acompañada siempre por una mariposa. También, la Dra. Elisabeth Kübler-Ross, utiliza la mariposa y su metamorfosis como metáfora, para explicar qué es lo que llamamos morir:
"Nuestro cuerpo físico en realidad no es más que el capullo, la apariencia externa del ser humano. Nuestro yo interior y verdadero, la "mariposa", es inmortal e indestructible y se libera en el momento que llamamos muerte. Morir significa, simplemente, mudarse a una casa más bella…
Desde el momento en que el capullo de seda se deteriora irreversiblemente, ya sea como consecuencia de un suicidio, de homicidio, infarto o enfermedades crónicas (no importa la forma), va a liberar a la mariposa, es decir, a vuestra alma."
La muerte no es más que el abandono del cuerpo físico, de la misma manera que la mariposa deja su capullo de seda. La muerte es el paso a un nuevo estado de conciencia en el que se continúa experimentando, viendo, oyendo, comprendiendo, riendo, y en el que se tiene la posibilidad de continuar creciendo. La única cosa que perdemos en esta transformación es nuestro cuerpo físico, pues ya no lo necesitamos. Es como si se acercase la primavera, guardamos nuestro abrigo de invierno, sabiendo que ya está demasiado usado y no nos lo pondremos de todas maneras. La muerte no es otra cosa. (…)
En esta experiencia, las personas visitan a sus seres queridos y a muchos otros, conocidos y desconocidos, en su Nuevo Mundo…


¿Qué es el vuelo de la mariposa?
Es una experiencia espiritual, que nos faculta para hacernos conscientes de la relación que sigue activa entre nosotros y los seres amados, que se nos han adelantado en el paso hacia otra forma de Vida. Esa relación, nos demos cuenta o no, ya está sucediendo de forma natural. El amor y la apertura espiritual tranquila y confiada, son los atributos que la facilitan.


Verosimilitud a través de la experiencia
Pongamos algunos ejemplos:
Personas que nada conocen sobre cómo se desarrolla la vida en el Más allá, se sorprenden si descubren, por ejemplo, que su ser querido fallecido vive en aquella dimensión acompañado por su antigua mascota. O, si les muestran una casa y les dicen que allí viven. Sólo sabrá que eso ocurre y por qué, quien se haya interesado por investigar lo que hasta hoy se conoce respecto del Más allá. De todas formas, si algo les resulta extraño, no tienen nada más que preguntárselo a su contacto. Él, tranquilamente se lo explicará.
Algunas experiencias en los vuelos:
Este vuelo lo hacía una chica de 18 años, cuyo hermanito se había ido al Azul unos años antes. Era su segunda experiencia. Estábamos en casa de otra mujer cuyo hijo también había fallecido.
Mientras conectaba con varias personas -unas más cercanas que otras-, a la señora de la casa se le ocurrió preguntar por la hija de otra amiga que también está en el Más allá. Cuando esa niña vino, la chica la describió perfectamente, como después pudo y pudimos comprobar al ver su fotografía. Eso ya ha sucedido en varias ocasiones. Pero no es esto lo que quiero contar, sino algo más que también ocurrió mientras conectábamos con esa niña:
Resulta que nada más conectar con ella sonó el teléfono. ¿Casualmente?; era la madre de la niña. He de advertir que probablemente esta mujer no había llamado a esa casa más de tres o cuatro veces puesto que las madres vivían en diferentes provincias y hacía un par de meses que se habían conocido. Pues bien, pusimos el auricular a la chica que hacía el vuelo, y de esta manera pudo la madre hablar con su hija a través de ella.
También esto ya lo hemos hecho varias veces, pero en este caso, sucedió algo especial: Mientras la chica hablaba "veía" cómo la niña abrazaba a su madre. Las “veía” con tanta claridad que, del mismo modo que describió a la niña, lo hizo con la madre. Ni que decir tiene que jamás las había visto. Dos días después –estando yo presente-, esta madre viajó hasta la casa de su amiga. Cuando llegó, llamamos por teléfono a la chica que había hecho el vuelo para comprobar si era cierto o no que además de reconocer por fotografía a la hija, podía reconocer a la madre.
¡Teníais que haber visto la expresión de su cara cuando vio a esta mujer! Jejeje... Pero no fue solamente la impresión del primer momento, sino que durante todo el tiempo que estuvieron juntas, pude observar cómo la muchacha miraba estupefacta a la mujer una y otra vez, sin poder dar crédito: ¡También ella, era la señora a la que había visto cómo su hija del Cielo la abrazaba durante la experiencia de su vuelo!
Una señora estuvo hablando con un compañero de hospital de su hija. Al terminar me dijo que no sabía que ese chico hubiera fallecido. Después, supimos que el joven ya llevaba seis meses en el Más Allá.
En otra ocasión, cuando una señora vivía su experiencia, se le acercó una niña. Decía a la señora que se conocían, pero la señora no la recordaba. Les dije que se abrazaran y en ese momento, la mujer reconoció su olor y supo de quien se trataba: Era una niña que se estaba en el mismo hospital que su sobrina. Sólo la había tratado durante el último mes de su vida terrenal. Los estragos del sufrimiento por el que esta niña había pasado la habían afectado muchísimo a su aspecto físico. Cuando la vio en el Más allá, la niña estaba espléndida, feliz y llena de vida, por lo que la señora no la reconocía, pero cuando se abrazaron, cuando estas dos almas experimentaron el amor, entonces fue cuando verdaderamente la señora experimentó "El vuelo de la mariposa": ¡Se abren los ojos del alma! El alma ve con la mente y siente con el corazón.
Durante una experiencia ocurrida en octubre del 2003, apareció un chico desconocido que estaba muy triste por el sufrimiento con el que sus padres estaban llevando su fallecimiento. La persona (una madre) que estaba experimentando "El vuelo de la mariposa", sintió vivir en sí misma la tristeza de este chico, comenzó a llorar y hubo que retornarla. Unos días después, estando en un congreso sobre "Vida después de la muerte" en Hellín (Albacete), conocimos a una familia que residían en Galicia. En el congreso había muchas personas, naturalmente podría habérselo propuesto a muchas de ellas, sin embargo, aunque no era mi intención hacerlo allí a nadie, algo en mi interior me empujó a ofrecer a esos padres la posibilidad de la experiencia. Lo hizo la hija, pues ella se encontraba más serena.
Cuando esta chica conectó con su hermano, éste manifestó que fue él quien unos días antes se había presentado en mi casa. La señora que unos días antes había contactado con él estaba presente. En la misma sesión, la hermana de este chico pudo conectar con el hijo de esta mujer, al que describió perfectamente y con el que su madre pudo hablar largamente, siempre a través de la chica, claro.
A primera hora de la mañana de un 28 de marzo recibí una llamada telefónica. Era una señora, un "ama de casa" sin más, a quien conocimos unos pocos meses antes con ocasión de su primera experiencia con "El vuelo de la mariposa". Me dijo: -"Ayer (haciendo ella sola "El vuelo de la mariposa"), estuve hablando con tu hija. Me dijo que os llamara y que os dijera: 'Di a mis padres que ¡tengo un año más!' Y repitió: "¡Es un año más!".
Ese día, 27 de marzo, se cumplían cuatro años de su fallecimiento, además, el día 20 había cumplido sus 16 años terrenales. Por supuesto, la señora desconocía esas fechas.
Continuó diciéndome que: -"Estaba con el mismo muchacho con el que la vi la primera vez que hablé con ella (la primera vez que le ayudamos para conectar con su padre y una amiga, mediante "El vuelo...")". Después siguió con su relato: -"Cuando se alejaban les dije: ¡Qué guapos! Y ella, volviéndose, respondió alegremente: '¡Somos hermanos!'". Pedí a esta señora que si volvía a hablar con la niña le preguntase que quién era ese chico y por qué había dicho que eran hermanos.
Casi un mes después nos volvió a llamar, para decirnos que había vuelto a ver a la niña, esta vez sola, y que: -"Cuando le pregunté que qué quería decir con que eran hermanos, la niña me respondió que 'allí todos son hermanos' Le volví a preguntar si se llamaba Carlos, y me dijo que no, que era Jorge"-. Como otra amiga nuestra (a quien esta señora no conoce) tiene un hijo, también fallecido, que se llama Jorge, pedí a la señora que si podía describirme su aspecto.
Efectivamente, ahora sabiendo su nombre, llegamos a la conclusión de que era el hijo de nuestra otra amiga. Entonces esta señora me comentó que parecía un camarero porque llevaba una camisa blanca con mangas cortas y pantalón negro. Ya no había duda; Jorge trabajaba de camarero. Él vino así para dar pistas, eso es algo que hacen con frecuencia.
Llamé a su madre y le proporcioné el número de esta mujer. Pudo así recibir directamente la impresión que ésta le manifestó.
La mascota de Nesty:
Una tarde había quedado con una joven para intentar comunicarse con su sobrino. Era su segunda experiencia con "El vuelo de la mariposa". Dos meses antes, tuvo la primera y, además de entrevistarse con su sobrino, lo hizo con Nesty; un chico cubano que llevaba menos de un año viviendo en Canarias con su hermana, cuando falleció unos meses antes. Casualmente la madre se encontraba en la ciudad porque había venido de su país (Cuba) para pasar una temporada con sus hijos.
Tres días antes de este vuelo, Elena (la mamá de Nesty) tuvo que regresar forzosamente a Cuba por asuntos personales. Antes de marcharse me telefoneó. Estaba muy triste "porque -según me dijo- se dejaba aquí a su hijo". Hablamos y, entre otras cosas, le aseguré que su hijo estaría allí donde hubiera un corazón que lo recordara con cariño. Le dije que se fuera tranquila porque los que viven en el Más allá no están limitados por el tiempo ni el espacio, y Nesty podría estar con ella en Cuba y también con su hermana en Canarias. Naturalmente esto es difícil de asumir para una mente terrenal, y no sé hasta qué punto lo creyó. Lo que sucedió en este segundo vuelo fue que con quien conectamos fue con Nesty. Nos dijo que el sobrino de la chica estaba ocupado y que no iba a poder venir. (Como veis no ocurre lo que estamos esperando, sino que es desde allí desde donde dirigen el encuentro).
Así pues, estuvimos hablando con Nesty, y entre otras cosas sucedió lo que voy a contar:
Hablábamos con él cuando recordé la conversación que mantuve con su madre tres días antes. Así pues, teniendo en cuenta que la experiencia -como todas- se estaba grabando y que en su momento la oiría la madre, le hice la siguiente pregunta:
-Nesty, ¿tú estás en Cuba con tu mamá?
-Sí, respondió.
-¿Y con tu hermana en Canarias?
-Sí, volvió a decir. ¿Y con nosotros aquí ahora?
-Sí...
En ese momento, sin darme tiempo para volver a preguntar, extendió las manos y mostró un perrito a la chica, diciendo:
-¡Y con éste!
Inmediatamente le pregunté:
-¿Y ese perro de dónde es, de Canarias o de Cuba?
Respondió que era de Cuba.
Yo sabía lo que estaba pasando porque son ya muchas las veces en las que hemos podido comprobar que las mascotas se reúnen con las personas con las que se relacionaron durante la vide en la Tierra, porque al Amor no hay Fuerza que lo rompa. Pero la chica tuvo que preguntarle qué significaba aquello. Entonces comprendió que el perrito que le estaba mostrando VIVÍA estaba compartiendo su Vida con él y que quería que lo supiera su madre.
Al terminar escribí un correo a la hermana de Nesty y me fui a dormir. Por la mañana abrí el correo y me encontré con dos mensajes; uno era de la hermana y el otro de la madre desde Cuba. Me contaban que cuando la madre llegó a su país, le dijeron que el perrito (mascota de Nesty) había muerto unos días antes y que no se lo habían dicho por evitarles el disgusto. Por la misma razón, la madre tampoco se lo había comentado a su hija, de tal manera que ella se enteró del suceso cuando leyó el correo que le envié tras haber conectado con su hermano.
Suele ser frecuente tener un encuentro con el guía (ángel de la guarda) de la persona e incluso con Jesús o María, ya que durante esta experiencia conectamos con el Plano Crístico, en el que viven los traspasados de nuestra cultura, “fueran o no creyentes en la tierra”, y que ya han alcanzado la Luz. Esta experiencia suele llegar acompañada de una fuerte impresión de amor y profunda gratitud, independientemente de la creencia o no de quien la esté experimentando.
Ejemplo de un caso concreto: Doña Luisa (nombre supuesto) había tenido un sueño en el que su abuelo Emilio (nombre supuesto) le decía que estaba muy cansado de caminar.
Suponiendo que el abuelo (no creyente) estaba perdido en el Más allá, deseaba conectar con él para poder ayudarle. Durante la experiencia, pedimos a mi hija que llevara a esta señora con su abuelo. La llevó ante una persona. Como la señora no la reconociera dijo: -Ése no es mi abuelo-. Sin embargo, "la guía" insistió: -Que sí, que sí es tu abuelo-. Pedí entonces a la señora que se acercase más a aquella persona y, para sorpresa de todos, comprobó que sí, ¡qué era su abuelo!, pero ¡su otro abuelo! Su abuelo Rafael (nombre supuesto)... ¡Oh!, sorpresa, no esperaba encontrar a "ese otro abuelo" así mismo tan querido para ella.
Vio también a su abuela y, después de abrazarlos y "charlar ampliamente" -¡sí, charlar!- con ellos, se despidieron y, ahora sí, "nuestra guía espiritual" la llevó ante el señor Emilio....que era el abuelo del sueño que, efectivamente, llevaba siete años muerto sin saberlo. Siete años terrestres en los que ese hombre no había podido hacerse ver ni oír por nadie. Siete años en los que lo único que hacía era caminar sin rumbo por las tierras de su pueblo. Era incapaz de imaginarse que estaba muerto, simplemente porque estaba seguro que la muerte era el final de la existencia.
En esa situación mental tal vez no habría distinguido a los seres espirituales que salieran a recibirlo. O, en todo caso, al reconocerles como familiares fallecidos, él pensaría que estaba viviendo una pesadilla… porque ellos estaban muertos y él seguía vivo.
Algunas veces se nos "acerca" alguna entidad que no sabe que ha muerto. Suelen sentirse muy contrariados. Se ven vivos, pero como nadie les ve ni les oye, se siente perdido. Son personas de lo más normal que no creen en la vida después de la muerte. Hay miles de testimonios semejantes en la amplia bibliografía sobre el Más allá. En esos casos les hemos podido ayudar a encontrar el camino que les lleva hacia la Luz. En esa tarea casi siempre colabora Carlos. Éste es un chico que partió al Más allá unos días antes que mi hija. Su misión –o una de sus misiones en la Nueva Vida- consiste en ayudar a estas personas. Él se encarga de ayudar a las personas que hemos convencido para que se dejen ayudar. Naturalmente, la foto de Carlos no la han visto con anterioridad, pero después comprobarán que es el chico que han visto en su vuelo.
Las cosas se desarrollan más o menos como voy a contar:
Nos encontramos con una persona desconocida, normalmente con ansiedad. Llamo (E) a la persona desconocida y (J) cuando soy yo el que habla. La situación suele discurrir más o menos de esta manera:
La persona que hace el vuelo tiene ya proyectada su conciencia en el plano espiritual. En un momento dado, siguiendo el curso de la experiencia, aparece en su mente una persona desconocida. Le digo que se acerque a ella y que le pida permiso para abrazarla.
Persona desconocida (E): ¿Qué sitio es este? ¿Quién eres tú? ¡Me duele el pecho!
-Le digo a la persona que está haciendo el vuelo que le diga si me oye. Entonces ella observa que está buscando mi voz hasta que me localiza. A partir de ese momento, aunque sigo sin ver ni oír nada, soy yo el que toma la palabra. Las respuestas, por lo tanto, me llegan a través de la persona que está contactando.
(J):¿Qué te pasa?
(E): No sé, estoy aquí pero no sé dónde. ¡Me duele el pecho y la cabeza!
(J): ¿Has tenido algún accidente?
(E): ¡Sí!, pero no me pasó nada.
(J): Sí que te pasó algo; ¡te has matado!
(E): ¿Qué dices? ¿Cómo me voy a haber matado?
(J): Sí. Te ves vivo, pero es que cuando "morimos" seguimos vivos.
(E): ¡Venga ya! ¡Qué estás diciendo!
(J): Es verdad. En realidad no tiene por qué dolerte el cuerpo, porque ese cuerpo que ves no es físico. No el cuerpo que conoces, aunque no percibas la diferencia.
(E): ¿Que no me duele? ¡Lo vas a saber tú mejor que yo!
(J): Ese dolor lo provoca tu mente.
(E): ¿Me quieres volver loco o qué?
(J): Al contrario, lo que quiero es ayudarte. ¡Oye, ¿tienes algún ser querido muerto?
(E): Sí, mi padre.
(J): Y, ¿has soñado con él últimamente?
(E): Pues sí. ¿Tú cómo lo sabes?
(J): Lo sé porque sé que no fue un sueño, sino que en realidad estuvisteis juntos.
(E): ¡Cómo vamos a estar juntos si él está muerto?
(J): Tú también.
(E): ¡Venga, ya! Cómo voy a estar muerto si estoy vivo.
(J): ¿Te has dado cuenta que la gente no te ve?
E): Sí, es muy extraño. Tampoco me oyen. Creo que estoy en una pesadilla. …Sin embargo tú si me ves, y también me oyes; ¡no entiendo nada! El caso es que me duele mucho la cabeza, y por más que quiero no puedo despertarme. ¡Qué mal me encuentro!
(J): Yo te veo porque me han permitido ponerme en contacto contigo para ayudarte.
(E): ¿Para ayudarme? Entonces ayúdame a despertar; este sueño me angustia.
(J): ¿Tú crees en Jesús?
(E): Bueno, ...cuando iba al colegio, me hablaron de él, pero yo no sé qué creer. ¡Tantas mentiras se oyen…!
(J): Pues en este caso, no hay mentira; Jesús es real. Jesús ha vivido en la Tierra y, lo mismo que tú y todo lo que tiene Vida, no muere. La Vida es eterna y desde esa eternidad, Jesús te espera para abrazarte, y mostrarte una vida maravillosa junto a tu padre y a todas las personas con las que hayas tenido relación de cariño y amistad. Esas personas que tú crees muertas, pero que sin embargo siguen tan vivas como nosotros, te están esperando para darte un abrazo de bienvenida.
(E): ¡No me lo creo! No puede ser! Suena muy bonito para ser de verdad.
(J): Que sí, que sí; confía en mí. Mira, si quieres puedes, leer mi mente, verás que estoy siendo totalmente sincero, y que sólo deseo ayudarte. Créeme, por favor. Yo te quiero bien. Es más, puedes ir a ese lugar que te digo, y si después no te gusta, vuelves a donde estás. Nadie te lo va a impedir, de la misma manera que nadie te puede obligar a que hagas lo que te estoy pidiendo. ¡Eres absolutamente libre! Y necesariamente tienes tú que quererlo y pedirlo.
-El hecho de que puedan leer la mente de los que aún ocupamos un cuerpo físico -con baja vibración- nos ofrece una posibilidad única para que estas personas obcecadas, puedan convencerse de su error, y terminen confiando en nuestra intención hacia ellos. Sin embargo, los seres espirituales no pueden hacer lo mismo, porque su vibración es superior a la de la persona que está mentalmente apegado a la vida terrenal.
También les podemos ayudar, dirigiéndonos mentalmente a la persona que se acaba de marchar y del mismo modo hacerles llegar nuestro cariño.
(E): Y, ¿dices que voy a estar con Jesús?
(J): Sí.
(E): Pero yo no creo en él. Además siempre he vivido a mi aire y no soy ningún santo... Supongo que si es verdad lo que dices, estará mosqueado conmigo... ¿Y si me castiga?
(J): No. No te va a castigar. Te va a tratar con mucho Amor. Pero eres tú el que ha de desear acercarse a Él.
(E): ¿En serio? ¿Y cómo lo hago?
(J): Cómo quieras se trata de desearlo y pedírselo. Dirige tu pensamiento hacia él y hazle saber que deseas que te acoja. Él te está esperando.
Puedes rezar confiando que te escucha, eso también funciona; si quieres rezamos juntos un Padrenuestro. Pero, vamos, con que pidas ayuda de corazón es suficiente. Mira, voy a llamar a un amigo mío que lleva mucho tiempo en el Más allá. Verás qué majo es y cómo te va a ayudar a llevarte hasta donde te están esperando tu familia, tus amigos y muchas más personas. Te van a recibir con los brazos abiertos y ellos mismos te ayudarán a comprender cómo vas a vivir de ahora en adelante. No tengas miedo, ¡confía en mi palabra!
-Entonces llamo a Carlos. Este muchacho se fue unos días antes que mi hija. Su madre también se comunica con él. Una de las tareas a las que se dedica en su Nueva Vida es la de ayudar a descubrir la Luz a esas personas que ignoran que han fallecido.
(J): ¡Carlos, Carlos, coleguita! Échanos una mano. Aquí tenemos a una persona para que la guíes a la Luz.
Aparece Carlos. Siempre sonriente y cariñoso. Como la persona que está haciendo el vuelo ni sabe quién es Carlos, ni tampoco ha visto ninguna foto de él -después de los abrazos de rigor (jejeje)-, le pido que me lo describa y, además, que se fije bien en sus rasgos porque al terminar el vuelo le mostraré una fotografía suya. Ni que decir tiene, que siempre le han reconocido. Finalmente, Carlos abraza a la persona desconocida y juntos se marchan hacia la Luz.
Y nosotros continuamos con nuestra experiencia de vuelo, con la satisfacción de habérsenos permitido echar a una mano a una persona que estaba sufriendo las consecuencias de su ignorancia y de su escepticismo.
Quiero añadir que es perfectamente posible que haya personas en esa situación por varios años o incluso siglos, pero lo normal, es que si no es excesivamente "bruto", aproveche el primer encuentro con sus seres queridos. Lo malo es que los hay tan "cerrados", que tienen dificultades para percibir a quienes les quieres ayudar. Y, aunque el tiempo no existe, sí que la conciencia está más expandida, y en la Nueva Vida, tanto la angustia como la alegría, se perciben con más intensidad.

A la hora de analizar las experiencias del vuelo
Lo primero que quiero decir es que el vuelo es UNA EXPERIENCIA PERSONAL y ésta es la manera más adecuada y más convincente para experimentarla. Recurrir a otra persona para comunicarnos, desvirtúa el contenido de la información. Esto sucede también entre nosotros. Por ejemplo; la comunicación se interpretará con más precisión si emisor y receptor son personas que se conocen.
Bien, pues esto también es válido para la comunicación que obtengamos con la experiencia de "El vuelo…", ya que también en ésta, si cada cual sabe cómo es o cómo piensa el que está al Otro lado del "hilo", sabrá interpretar mejor los mensajes.
Además, no es lo mismo oír por ti mismo lo que te dicen, o que te lo cuenten. Cuantos más intermediarios haya, más información se irá devaluando por el camino, ya que cada cual irá interpretando lo que le llega de acuerdo a sus circunstancias personales.
.- La experiencia del vuelo, como ocurre con todas las cosas, no resulta igual para todas las personas.
A unas les resulta más fácil que a otras. El ejemplo más claro es que alrededor del 80% consiguen algún tipo de contacto la primera vez que lo intentan, mientras que ese otro 20% necesita profundizar más para lograr lo mismo. Sin embargo, sólo podemos decir que hemos aprendido a conectar con el vuelo cuando no necesitamos a nadie que nos dirija. Unos precisarán más ayuda que otros, aunque la experiencia me dice que el contacto será siempre más profundo y duradero si alguien está contigo y tienes que vocalizar lo que está sucediendo. Otra cosa más; las mujeres suelen ser más intuitivas y, en principio, les resulta más sencillo aprender a tomar conciencia del contacto que a los hombres. Esto no siempre es así, ya que a veces ocurre lo contrario.
Algunas personas tienen más facilidad para visualizar, otras para relajarse, otras para dejar a un lado la conciencia ordinaria para que no se entrometa en la experiencia. Unas se explican mejor que otras. Unas son más elocuentes y otras más calladas. Etcétera. Esto mismo hemos de aplicarlo a las personas del Otro lado. Han abandonado su cuerpo físico pero conservan su personalidad y, como en todas las cosas, no somos iguales, ni reaccionamos de la misma manera.
Contrariamente a lo que estamos acostumbrados, la comunicación a través de El vuelo… se desarrolla mediante telepatía. Si ya es difícil entendernos mediante palabras, la cosa se complica cuando hemos de utilizar una forma diferente para entendernos.
En la comunicación telepática no utilizamos los sentidos físicos; ni vemos, ni oímos, ni olemos, ni tocamos. Sin embargo tenemos la percepción de ver, oír, oler, y sentir. Es difícil de imaginar, ¿verdad? Trataré de ayudaros para que os hagáis una idea:
Decía que esta comunicación no se hace mediante palabras. Ahí radica la mayor dificultad a la hora de "entender" lo que nos están diciendo. La información nos llega en forma de imágenes, sensaciones, sentimientos, intuición, etc. Pero no a todas las personas les llega de la misma forma.
A unas les llega mejor a través de un tipo de percepción, a otras mediante otra diferente. Para unos, las imágenes les sirven suficientemente, otros ni siquiera las perciben. Algunos experimentan el vuelo con todas las posibilidades que se pueden dar en éste, y otros se tienen que conformar con menos. Unos reciben la información como si estuvieran viendo una película en la que están a su vez interviniendo, a otros sólo les llegan imágenes como flases. Hay casos en los que están entendiendo tan bien lo que les “dicen” que me gusta decirles que se den cuenta de que no les están hablando. En estos casos, se sorprenden al comprobar que el interlocutor no mueve los labios nada más que para sonreír. Algunas veces nos traen a la memoria el nombre de alguien que conocemos, algún recuerdo de algo, etcétera, para que sepamos lo que nos quieren decir. En fin, que espero que vayáis comprendiendo el alcance y las limitaciones de la experiencia.
A veces la comunicación llega con más claridad que en otras. Esto será debido a varias circunstancias. Sirva como ejemplo que la persona del Otro lado sea más ingeniosa para saber cómo hacer entender lo que quiere decir.
A veces podemos oír alguna palabra. Quizá no la oigamos, pero se las ingenian para que no nos equivoquemos. No sé, por supuesto cómo lo hacen. Mi hija, por ejemplo habla con palabras a su madre. Le resulta fácil, por ejemplo decir su nombre a la persona que está conectando con ella. Sin embargo, los nombres son difíciles de “escuchar”, averiguar, entender, etc… porque hay pocas palabras (nominales) que refieran a los nombres. Por ejemplo; les resultará más sencillo transmitirnos su nombre para alguien que tenga el nombre de una flor que para alguien que se llame Adela.
Pero no todo son dificultades; a favor de esta forma de comunicación tenemos el hecho de que podemos comunicarnos con cualquier persona del Más Allá independientemente del idioma que utilizase en la Tierra. Sin embargo, una vez más, las características de la comunicación entre personas de la Tierra, sigue afectando a la que se establece en el vuelo.
Si establecemos una comunicación entre personas de diferente lengua y sobre todo de diferente cultura, resultará más complicada la interpretación de lo que nos queremos decir. Por ejemplo; si conectamos con alguien cuya cultura es diferente, y en la suya el luto se manifiesta vistiendo de blanco, y nos quiere decir algo referente a la ropa de luto, nos “mostrará, nos hará sentir, percibir… etc., algo blanco, por lo tanto, probablemente nosotros no sabremos interpretarlo adecuadamente. Recuerdo que en un vuelo una señora de España decía que veía a un chico moreno. La madre es Latinoamericana y nos decía que su hijo no era moreno. Cuando vimos la foto, para nosotros era moreno, pero la madre tenía su razón porque para ella ser moreno significaba lo que aquí llamamos ser negro.
Bien, sirva este ejemplo para ilustrar una vez más las dificultades de hacer el vuelo para otra persona.
Lógicamente, no es lo mismo que durante el contacto esté un familiar delante, ya que nos podrá orientar sobre lo que se le vaya diciendo. No es cuestión de que nos vaya dando pistas, sino que buenamente colabore para hacer más comprensible lo que estamos recibiendo. Además, sabemos que durante el vuelo, si la persona está presente, no necesitamos haber visto con anterioridad la foto de quien queremos conectar. Naturalmente, si la hemos visto, estamos facilitando la experiencia a la persona que está haciendo el esfuerzo –y el impagable favor- de servir de mediadora (médium) entre nuestro ser querido y nosotros. También hemos de valorar que la experiencia acumulada por la persona que conecta, es muy importante para la interpretación de los mensajes que recibe. Supongo que esto está claro y no tengo que insistir.
Si analizamos experiencia tras experiencia, podremos observar que todas las personas describen un mismo o muy semejante contexto, independientemente de lo que cada persona crea o sepa sobre cómo es la vida después de la muerte. He de señalar que hasta hoy siempre hemos conectado con personas de nuestra misma cultura, y todas ellas nos hablan de un mismo mundo, una misma vida, unas mismas o semejantes experiencias, aunque se pueden percibir algunas diferencias o matices, entre la situación de unos y de otros.
Probablemente, lo más parecido a esta manera de comunicarse son los sueños. Cuando el sueño nos llega muy vívido, mientras que estamos metidos en él, lo percibimos tan real que cuesta percatarnos de que estamos soñando. Si aprendiéramos a "mirar" los sueños, veríamos que mientras estos ocurren nadie nos habla, sin embargo las palabras nos sobran, porque entendemos lo que nos están diciendo.
Percibiremos a las personas y a las cosas de manera muy real, sin embargo sabemos que no las estamos viendo con los ojos, porque están cerrados. Podemos incluso sentir presión física; un abrazo, una caricia. Hasta podemos oler y saborear. Algunos sueños los percibimos como una realidad, muy semejante a la que experimentamos cuando estamos despiertos.
Aprovechando el símil entre la comunicación telepática y la forma en la que se producen los sueños, he de confesaros algo:
Después de las experiencias que llevo acumuladas, he llegado a la conclusión de que la mejor manera de presentar el vuelo –y la más ilustrativa-, es presentarlo como una experiencia de Amor, mediante la que aprendemos a "soñar despiertos" con los seres queridos.
Al "soñar despiertos" vamos a estar plenamente conscientes, y podremos contemplar lo que nos surja en la mente. Pero es más; ¡vamos a participar en el sueño! Un sueño que se alarga durante más de una hora. Un sueño en el que podremos "soñar" incluso con personas que ya no recordamos. Un sueño en el que podremos "soñar2 con personas que no conocemos. Un sueño en el que vamos a recibir información que después podremos corroborar. En definitiva; "EL SUEÑO" de la mayoría de las personas que echan de menos a sus seres queridos fallecidos. La realidad o no del contacto vendrá avalada por las experiencias de cada uno. Lógicamente llegarán a una conclusión más acertada cuanto más lo experimenten.
En esta experiencia podemos, por ejemplo, establecer contacto con personas desconocidas para nosotros, solamente con que un familiar –también desconocido para el que lo está realizando- esté presente durante la experiencia. Lo mismo sucede si hemos visto una fotografía de la persona con la que pretendemos conectar. Es frecuente que recibimos información que no podíamos conocer.
¿Cómo explicar esto sin admitir que la información la proporcionan las personas con las que (supuestamente) nos estamos entrevistando? Y si eso es así, entonces, lo que conocemos como morir, no termina con la conciencia. La gente suele pensar que, si eso fuera así, ya lo habría descubierto la ciencia y sería de domino público. Ese razonamiento es tan elemental, que me asusta darme cuenta de los hilos que manejan los poderes fácticos del mundo. Efectivamente, ¿de verdad alguien puede creer que el tema de la muerte no es lo suficiente importante como para que investigue? Así que, como damos por hecho que los científicos y quienes les pagan lo habrán hecho, y, siendo que todo lo que se oye sobre la muerte es aterrador, mejor no darle vueltas a algo que me desagrada. Y nos quedamos tan campantes, jejeje…
Durante los vuelos ocurren muchas más cosas. Algunas se podrán justificar en base a los conocimientos hasta hoy desarrollados por la ciencia, otras llegará el día que lo explique, pero antes de, tendrá que evolucionar el paradigma científico materialista y admitir que la conciencia es energía inteligente y eterna. Más claramente, en necesario que el conocimiento científico y el conocimiento espiritual, profundicen en su acercamiento.
¿Por qué se me ocurrió la idea de utilizar una fotografía? Porque ya había comprendido que cuando preguntábamos por el familiar de alguien que estaba asistiendo como observador a un vuelo, los de Allá, para saber por quien preguntábamos exactamente, "leían" en esa persona la imagen de su ser querido. Recuerdo cuando un día se le ocurrió a una madre intentar el vuelo por teléfono. Esto nos abrió la posibilidad de poder lo hacer llegar a través del espacio físico que nos separe. Ahora utilizamos Internet. Es como si poco a poco fuéramos descubriendo las posibilidades que el vuelo nos ofrece.
Recuerdo cuando me di cuenta de que podíamos conectar no sólo con una, sino con más personas de la misma familia. Pronto me di cuenta que también podíamos conectar con el/los familiar/es de otra persona que estuviera asistiendo a la experiencia.


Conclusiones
Es imprescindible insistir en el contenido ÚNICAMENTE ESPIRITUAL de la experiencia. Abundar en esta idea es muy importante, porque no se trata de ninguna técnica al uso, y no comprender esta diferencia podría traernos consecuencias que podrían ser muy desagradables. Lo más importante de la experiencia es, antes de empezar, tomar conciencia de lo que nos mueve y pedimos al Espíritu de la Luz (cada cual que lo entienda como quiera), su permiso y guía.
Y permitidme que os diga algo importante: Podemos pensar que una vez que hayamos aprendido a conectarnos podríamos obsesionarnos, con los problemas que tal conducta nos ocasionaría. Sin embargo, sé por experiencia, que ése no es el comportamiento habitual. Entre otras cosas, porque cuando ya has abierto la mente a la conexión telepática, has aprendido a percibir la cercanía del ser querido y le sientes integrado en tu vida cotidiana. En cualquier momento, en cualquier lugar, serás consciente de su compañía, porque has aprendido a darte cuenta cuando él quiere hacerte saber que está a tu lado. De todas las formas, si el vuelo de la mariposa es una oración –cosa de lo que no tengo la menor duda seguramente le hará mucho bien cada vez que quien sea entre en estado de meditación.
Para terminar, copio un mensaje que intuitivamente recibió una madre, dos días después de haber hecho su primer vuelo:
-Nada sucede sin el permiso de Jesús. Todos vosotros, a través del amor, os podéis convertir en canales limpios y puros para poder conectar con otros planos de existencia, pero siempre será con el consentimiento de los guías y de Jesús.-
-No tengáis miedo. Sólo se os dará a conocer lo que podáis asimilar sin produciros daño a ningún nivel. Y poco a poco se os irá ampliando esas capacidades, pero siempre que vosotros queráis seguir caminando en ese sendero.-
-Nunca se os obligará a nada, y se os ayudará cada vez más cuanto más lo hagáis por amor y deseos de ayudaros a vosotros o a otros en el caminar.-
-Si en este plano nuestro de sabiduría total no quisiéramos, por cualquier causa, que supieseis más, no os quepa duda de que vuestros canales quedarían inmediatamente bloqueados y anulados.-
-Decir a los compañeros y amigos, unidos por el dolor de la pérdida, que los que tenéis algún poder de conexión no sois en absoluto superiores a ellos, simplemente habéis abierto unos canales que con el tiempo, al ir mitigando su dolor, ellos también podrán hacerlo. Y si ello no fuera posible es porque no serán conscientes de ello, pero su sabiduría, la misma que la vuestra, se mostrará por otros senderos no menos importantes.-
-Amaos los unos a los otros como Jesús os ha amado, y Él os ayudará en vuestro caminar diario.-

Sé que cualquiera de vosotros puede guiar a otros en los vuelos de la mariposa. Sólo tenéis que poner en ello AMOR y CONFIAR en que os dirigen nuestros seres de la Luz y dejar que fluyan los sentimientos más solidarios y compasivos.
A medida que vayáis practicando, la inspiración irá brotando. Mantener en el corazón, que no se trata de ninguna "tabla de ejercicios", sino de un acto Sagrado, una Oración Contemplativa, en la que orientamos nuestra alma al influjo de la Luz.
Cualquier otra manera de hacerlo y/o dirigirlo, probablemente no pasará de ser una relajación y una inmersión en el sub o in consciente. El espíritu de El vuelo... es algo mucho más íntimo y profundo, y así debemos transmitirlo siempre a quienes lleguen a nosotros. Desgraciadamente, solemos tener la inclinación de olvidarnos del espíritu y quedarnos con la letra y podemos terminar prostituyendo lo que es Sagrado.
Volamos abriendo la mente, el corazón y el alma, para facilitar que la Luz haga su trabajo. Es la Luz y no ninguna técnica al uso lo que proporciona la experiencia. ¡Creed en esto y caminar sin temor!
Un abrazo...
jose luis

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